GonzalezRojo
Esta temblando, respiración agitada, la piel chinita, tiene miedo, mucho miedo, pero ese rencor es muy fuerte, con la mirada vaga, sin dirección, recuerda, cuando en la escuela lo humillaban, era la burla de todo el salón, el pendejo, el nerd, se acuerda de cuando le llenaron de cucarachas la mochila, de cuando la morra que le gustaba lo mando al diablo porque andaba en bicicleta, de cuando su mama le dijo que no tenían pa comprarle un pleisteichon, En mi perra vida me vuelve a humillar nadie, voy a ser un pesado, chingo mi madre si no, ya estoy harto de ser un pinche invisible para el mundo, ¿de que chingados sirve sacarse puros dieces?, si aquí los que rifan son los de las trocas, los que tienen feria, Luego sintió un sentimiento que le calaba en el pecho, su madre, no podría defraudarla, le había prometido ser un hombre de bien, que nunca iba andar en malos pasos, que siempre por ningún motivo haría algo que lo avergonzara a el y a su familia, pero el rencor fue mas fuerte, mas profundo, seguía temblando pero tomo la pistola, la echo a su mochila, abordo un camión, rumbo a tierra blanca, llego a su destino, toco la puerta, ahí estaba el hombre que lo probaría, haber que tantas agallas tenia, Mira morro en este negocio no nos andamos con pendejadas, te veo muy nervioso, El patio trasero, techado, con bicicletas abandonadas, un lavadero lleno de telarañas y una cubeta de miados en la esquina, Ves a ese pendejo que esta en la esquina, nos debe dinero, mas bien nos debía porque ya no va a tener tiempo de pagarnos el pendejo, ponle este silenciador a la pistola que te di y mátalo, Aun temblaba pero disimuladamente, intento ponerlo pero los nervios lo traicionaron, Señor no se poner el silenciador, Hijo de tu chingada madre, ¿y así quieres entrar a este negocio?, El señor en tres segundos hizo muda aquella pistola, respiraba muy rápido, levanto la pistola, se detuvo y se le quedo viendo a aquel hombre de pantalón café, ojos vendados, y un pañuelo en la boca, le escurría sudor por la panza, se acordó de las humillaciones y jalo el gatillo, como tres veces, ¿A quien mato?, ni siquiera lo sabe, se quedo mudo, como la nueve que traía en la mano, Muy bien cabron, muy bien, aplaudía el tipo que sintió que había reclutado un nuevo sicario, una faja de billetes fue su recompensa, Y esto es solo el principio morro, vas a ganar un chingo de feria conmigo, Salió de la casa temblando, espantado, no podía quitarse de la cabeza la imagen de aquel hombre que mando al otro mundo, tomo su camión, ahí empezó a llorar, a moco suelto, se bajo en la lomita y corrió rumbo a la iglesia, entro y se quedo mirando el hermoso vitral de nuestra señora de Guadalupe, se hinco frente al altar, Diosito te juro que no lo vuelvo hacer, perdóname, por favor perdóname, el llanto casi lo ahogaba, estaba arrepentido, ahí se quedo rezando las oraciones que le enseño su madre, pasaron algunas horas y estaba mas calmado, le sono el celular, Bueno, ¿Hijo, donde estas?, Mama te quiero mucho, Se escucho un silencio entre las bocinas, Yo tambien hijo ¿Te paso algo malo?, No mama ya voy para la casa, tomo el bulto de billetes y lo dejo en el altar, salió rumbo a su casa, vio una patrulla que se acercaba hacia a el, y volvió a sentir miedo, mucho miedo.
GonzalezRojo©
como siempre, excelentes relatos, la verdad e sque los jovenes se ven atraidos por el narco, po que no tienen conciencia de lo que estan haciendo, dales una pistola y un carro robado y se sienten los mismisimos juan garcia abrego o o amado carrillo, o el chapo guzman, dale poder y conoceras realmente a la gente.
saludos
ESCRIBE OTRO
Hola:
La verdad encontre tu blog por que llevo tiempo checando "La vida mafiosa" me interesa mucho lo que escriben.
Tengo 19 años y soy estudiante de comunicacion mi pasion es escribir.
La manera en que cuentas cada historia me fascina.
Solo te te dejo mi comentario para hacerte saber que me inspira tu forma de escribir y que compartimos la misma opinion acerca de la narco-cultura.
Att..
Una mujer sonorense!
El pedo es que a veces parece que no hay más opción que andar de mañoso.
Me gustoo mucho